Tuesday, September 05, 2006

Banco Mundial anuncia programa contra la pobreza en dominicana

Romper el círculo de la pobreza en República Dominicana

28 de agosto, 2006—Un joven pobre de República Dominicana tiene muy pocas posibilidades de finalizar la educación secundaria y obtener un trabajo estable.

Además, enfrentará muchas probabilidades de quedar atrapado en la pobreza.

Ese es el caso de miles de jóvenes de esta nación caribeña que comparte isla con Haití, según Andrea Vermehren, experta principal en protección social del Banco Mundial.

Según explica, cerca de la tercera parte de los jóvenes entre 15-24 años están desempleados, cifra que duplica la tasa de desempleo de los adultos del país.

Por otra parte, los empleadores dominicanos enfrentan problemas para encontrar trabajadores, especialmente aquellos con aptitudes en gestión, administración e idiomas y con educación secundaria completa, indica un informe del Banco Mundial.

Actualmente, el país está avanzando en resolver estos problemas con un nuevo plan para capacitar a 28.000 jóvenes y ampliar los programas de educación de adultos durante los próximos cuatro años.

El Banco Mundial está aportando US$25 millones, de un total de US$33,8 millones, destinados a expandir y mejorar el actual Programa Juventud y Empleo y dos programas de educación complementarios de “segunda oportunidad”. Otros asociados financieros incluyen al Banco Interamericano de Desarrollo y la Agencia Española de Cooperación Internacional.

El programa otorga capacitación laboral y de formación práctica para desenvolverse en la vida, pasantías y la oportunidad de completar la educación primaria y secundaria.

Según Vermehren, el programa permite a jóvenes desfavorecidos que han abandonado la escuela reintegrarse al sistema.

“Principalmente, lo que intentamos es que tengan las mismas oportunidades laborales que los jóvenes que provienen de hogares más acomodados”.


Participación del sector privado

El Programa Juventud y Empleo ampliado, dirigido por el Ministro del Trabajo de la República Dominicana, se focalizará en individuos pobres de zonas rurales y urbanas entre 16 y 29 años de edad a quienes ofrecerá capacitación laboral en colaboración con empresas del sector privado.

Luego de una capacitación de tres meses, los jóvenes realizarán prácticas laborales como asistentes de jardineros, meseros, asistentes de mecánicos o asistentes de trabajadores de la salud, por nombrar sólo algunas posibilidades.

La instrucción incluye conocimientos básicos de matemáticas y formación práctica para la vida, entre otras, vestimenta, formas de comportamiento y manejo de conflictos en el trabajo.

“La alianza entre el empleador y los instructores debe ser muy fuerte”, sostiene Vermehren. “Esta alianza fue uno de los aspectos que intentamos fortalecer cuando mejoramos el programa”.

Según la experta, el programa ha conseguido igualar la tasa de desempleo de los grupos desfavorecidos, la que suele ser considerablemente superior, a la tasa de desempleo promedio.

Una vez que completan el programa, cerca de 50% de los participantes obtiene trabajo y otro 20% regresa a la escuela. En la República Dominicana, éstos últimos podrán acceder a clases vespertinas a través del programa Educación de Segunda Oportunidad para finalizar la educación primaria o secundaria.

“Estamos muy orgullosos del componente educacional de este programa así como también del rol desempeñado por el Banco en cuanto a propiciar el trabajo conjunto entre el Ministerio de Educación y el Ministerio del Trabajo de la República Dominicana para abordar el problema del desempleo juvenil”, señaló Vermehren.

Vínculo entre educación y pobreza

El programa juvenil busca revertir los efectos de la recesión económica, la cual golpeó en forma desmedida a los jóvenes.

La crisis bancaria de 2003 provocó el colapso de uno de los principales bancos del país y del 100% de depreciación en el peso dominicano. El índice de pobreza del país aumentó 15% y el número de pobres ascendió a 31% en las zonas urbanas y a 45% en las zonas rurales. Según un informe del Banco Mundial, la cifra de personas que vive en extrema pobreza aumentó a 13%.

Grandes cantidades de jóvenes sufrieron de malnutrición, abandonaron la escuela y quedaron más expuestos a participar en acciones delictivas y violentas. El desempleo juvenil ascendió a cerca de 35%.

Simultáneamente, el sistema escolar se volvió uno de los menos eficaces de América Latina y el Caribe, según el informe.

Cerca de 8% de los jóvenes entre 15 y 24 años son analfabetos. Los datos del censo de 2002 indican que 762.000 jóvenes entre 15 y 29 años, 33% de la población, no han completado la educación primaria. Otros 913.000 jóvenes entre 20 y 29 años de edad (62%) no han terminado la educación secundaria.

Muchos abandonan la escuela a los 12 ó 13 años debido a la necesidad de ganar dinero para sus familias, dice Vernehren.

Pero “la mayoría están desocupados y sólo deambulan por ahí realizando trabajos esporádicos” hasta la mitad de los veinte, indica.

“Son 10 años de vital importancia para estos niños durante los cuales no reciben estímulo alguno y no tienen ninguna perspectiva de hacia dónde ir, mientras sienten que no son importantes para la sociedad”.


Igualdad y competitividad en América Latina

El apoyo que presta el Banco a los programas para los jóvenes dominicanos forma parte de un esfuerzo general destinado a promover la igualdad y la competitividad en América Latina y el Caribe, indican quienes están involucrados en el programa.

“Debido a la falta de oportunidades, los jóvenes están volcándose hacia comportamientos arriesgados que afectan a República Dominicana en varios niveles”, dice Carolina Anstey, Directora del Banco para el Caribe. “Como en todos los países de América Latina y el Caribe, existe la necesidad urgente de crear igualdad de oportunidades para las personas pobres”.

Así como en muchos otros países, el sistema educacional de la República Dominicana no está respondiendo a las necesidades de los empleadores y del mercado laboral, dice Vermehren.

“La República Dominicana es un país bastante moderno. Tienen mucho turismo, industria y cosas por el estilo, pero parece no contar con capital humano de amplia base para satisfacer todas aquellas posibilidades que ofrece el país”.

La falta de educación y de capacitación técnica apropiada está perjudicando a los jóvenes de toda América Latina, señala Vermehren.

“Mientras mayor sea la necesidad de estos países de contar con mano de obra calificada, más difícil será para los jóvenes que no reciben buena educación integrarse a trabajos de mejor calidad”.

“Desde el punto de vista de la globalización, ahora es evidente que sin buena educación o experiencia en el mercado laboral no se llega a ninguna parte. Tal vez antes podrías haber encontrado empleo en el sector rural, pero a medida que las economías avanzan hacia trabajos más sofisticados y especializados, muchos jóvenes sencillamente quedan al margen por falta de preparación”.


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