El empresario Fernando Capellán, presidente del Grupo M, afirmó ayer que ha sido "devastador" para las medianas y pequeñas industrias, así como para familias pobres del país, especialmente del Cibao, el efecto causado por el cierre de empresas de zona franca.
Definió la situación como un efecto dominó peligrosísimo para la estabilidad del país lo que sucede en el sector y coincidió con el presidente Leonel Fernández quien ayer manifestó en el Congreso Nacional su esperanza de que la incorporación del país al Acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos y Centro América ponga fin a la crisis que afecta al sector de zonas francas.
Negó que la solicitud de los empresarios para que se establezca una tasa de cambio de dólar competitiva sea inflacionaria y dijo que aquí lo que se hace es incentivar el consumo de combustibles de carros y yipetas de lujo.
"Sabemos que el precio de los alimentos sigue estando a una tasa de un 40 a un 41 de dólar en relación al peso", dijo.
Capellán afirmó que la falta de competitividad de los empresarios de las zonas francas no es sólo un problema de competitividad, sino un conjunto de factores que deben ser entendidos por las autoridades.
En su discurso ante el país ayer, con motivo del 163 aniversario de la independencia nacional, el presidente Fernández admitió que las empresas de zona franca, en especial las de Santiago, atraviesan una difícil situación.
Afirmó que esas empresas, luego de haber alcanzado un gran auge y de haberse convertido en uno de los pilares fundamentales del crecimiento económico y del desarrollo del país, sobre todo las relacionadas con la producción de textiles y confecciones, experimentan desde hace algunos años un proceso de declive.
Dijo que la situación no es exclusiva de República Dominicana, ya que lo mismo ha ocurrido en México, El Salvador, Honduras, Guatemala y Costa Rica, donde la producción de textiles y confecciones del régimen de maquilas se ha desplomado.
"El criterio generalizado es que ese declive se ha debido a cambios en el entorno internacional y a la necesidad de mejorar los niveles de competitividad en el plano local", expresó Fernández.
Subrayó que lo que ha ocurrido es que ahora el país se enfrenta a una competencia feroz, fundamentalmente de países asiáticos como China y Vietnam, que tienen costos laborales muy bajos, y al hecho de que la eliminación del sistema de cuotas a la importación de textiles ha abierto el mercado norteamericano a la producción de esos países.
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