Titulo modificado por el editor (MI)
¿Conflicto o colusión entre las empresas de AES y la CDEEE? POR EDWIN CROES
De Hoyy, Matutino Dominicano
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Esta semana comenzó muy activa en el sector eléctrico. AES publicando su  primer espacio pagado desligándose de la demanda de TCW contra el Estado  dominicano. La CDEEE publica su espacio pagado acusando a AES de lucrarse por  "intermediación de energía". Y luego AES contestando a CDEEE. Los  espacios no  informan correctamente, des-ilustrando al lector de lo que realmente está  ocurriendo. Al final, como siempre en los complejos temas eléctricos, es el  Acuerdo de Madrid que paga los platos rotos.
 Comencemos por el principio, como los ciudadanos se merecen -decía Sherlock  Holmes a su asistente Watson. El caso de la generadora Dominican Power Partners  de AES Corporation (AES-DPP) retrata de cuerpo entero la colusión entre  burocracia estatal y oligarquía eléctrica privada, así como la colusión entre  empresas dentro del mismo grupo corporativo. Todo afectando a la larga al  consumidor dominicano.
 Desde 1992, la burocracia de buitres de CDE había destruido sus dos  generadoras conocidas como Los Minas 3 y 4. Era la época de ensayar con los  contratos IPPs, así que en agosto 1995 las ceden al sector privado (Turbine  Energy) para que las rehabilite, las operen por 15 años, y las devuelvan. Hasta  noviembre de ese mismo año no se había hecho nada y, con un nuevo socio (Destec  Cayman Islands), se cambia el contrato para construir dos generadoras nuevas que  sustituyesen las viejas. No se había hecho nada hasta que siete meses después,  junio de 1996, una subsidiaria de la incipiente AES (DPP) compra los derechos  del contrato y construye la generadora.
 El contrato era una especie de "patente de corsario", asegurando altas  ganancias, aun estando apagada la planta. Los técnicos sabían que sería una  planta de utilidad pasajera en el sistema, ya que era de combustible muy caro  (gasoil No.2) y solo era rentable encenderla cuando se formaban cuellos de  botella para abastecer la zona este de la ciudad de Santo Domingo.  Adicionalmente, con la capitalización, los términos contractuales y precios de  IPPs como estos se sabía que serían una enorme carga financiera para el  mercado.
 Mientras tanto, la historia se espesa. AES ganó la licitación por Edeeste,  que al no tener local propio se monta en el mismo patio del susodicho IPP de AES  en Los Minas: Dominican Power Partners (DPP). Pocas anécdotas retratan mejor que  esta la respuesta a la pregunta de quien nació de quien en la  capitalización.
 Inexplicadamente y con mucho apresuramiento, en la noche del 7 de  agosto del año 2000, a solo 9 días de la toma de posesión de la nueva  administración del  PRD, Radhamés Segura  firma en su despacho de la CDE una  enmienda al contrato de AES-DPP que empeora y encarece aun más los términos del   mismo. Fue como si hubiera dejado un regalo envenenado a su sucesor en el  puesto.
 La enmienda le añadió una cláusula por la que CDE pagaba, adicionalmente, un  3% adicional a AES-DPP por el simple manejo de los combustibles. También se  agregó pago por un llamado "premium" de US$3.25 por barril y se modificó la  indexación el costo de operación y mantenimiento. Estas enmiendas agregaron  US$111 millones de costos al valor futuro del contrato si la planta continuaba  en operación hasta el año 2011, haciéndolo el contrato IPP más "valioso" en el  país.
 Como todos los demás deficitarios e insostenibles contratos IPPs, en 2002 la  nueva CDEEE renegoció el contrato de AES-DPP y lo traspasó a su empresa  vinculada Edeeste utilizando los contratos y negociaciones del Acuerdo de  Madrid.
 El procedimiento de traspaso fue transparente. Se calculó de mutuo acuerdo el  valor de lo que su contrato le aseguraba ganar entre 2001 y el año 2011. Ya se  sabía que por sus altos costos la planta estaría apagada desde el 2003, ya que  generadoras más eficientes entrarían a desplazarla, como efectivamente ha sido.  Las estimaciones de ingreso asegurado por el contrato original se hicieron  ESTANDO APAGADA la planta.
 Incluso en estas circunstancias, AES-DPP tenía asegurado ingresos de US$351  millones, lo cual "traídos al presente" con tasa de descuento de 18% anual,  resultaba en US$171 millones. Cifras escandalosas, como lo eran todas en estos  contratos IPPs, por eso el esfuerzo extraordinario que se hizo para acabar con  ellos.
 La forma de "compensar" la fracción negociada de estos ingresos contractuales  que se pagarían para terminar el contrato fue la siguiente. Restar de esa cifra  lo que eran ingresos potenciales de CDEEE: el terreno de la planta (que  originalmente era de CORDE y no se le había pagado), el valor de la generadora  al finalizar el contrato (una chatarra ineficiente y apagada que pasaría a  engrosar toda esa basura propiedad de CDEEE, tal como las plantas Los Minas 3 y  4 con las que originalmente comenzó esta historia), y una absurda comisión de  intermediación (un centavo de dólar por Kwh generado) que ganaba CDE  contractualmente.
 El resto fue compensado en "especie", traspasándole contratos del Acuerdo de  Madrid de CDEEE, equivalentes al monto residual. Fíjese que se estaba  intercambiando "patentes de corso" (como José Israel Cuello llamó alguna vez a  este tipo de contratos) por contratos regulados y monitoreados por la  Superintendencia de Electricidad (SIE), a los precios del "nuevo" mercado  eléctrico creado por la Ley General de Electricidad y el Acuerdo de Madrid (36%  menores a los precios asegurados por la firma de la CDE en la  Capitalización).
 Del mismo espacio pagado de CDEEE esta semana, en letra bien chiquitita, se  puede apreciar la gran diferencia entre los precios negociados. El contrato  "renegociado" por la CDEEE el 7 de agosto de 2000 aseguraba un precio base de  US$0.0566 por Kilovatio-hora, mientras la renegociación de administración de  CDEEE en enero de 2002 lo redujo a US$0.051, para una reducción de 11%. Y luego  la indexación (o actualización anual del precio de generación), que se redujo a  un 58% de lo que era originalmente.
 Más aun. Intencionadamente, el traspaso a Edeeste facilitó a AES  invertir en hacer más eficiente a DPP  mediante la conversión a ciclo combinado  y cambio de combustible a gas natural, suministrado por el primer gasoducto  construido en el país desde AES-Andrés en 2003. Esto abarató sus costos y hoy  pudiera ser despachada para generar electricidad, ya que el costo a que Edeeste  le compra a DPP (unos US$0.09/Kwh.) es menos de la mitad del precio promedio a  que las distribuidoras facturan a los usuarios (US$0.20/Kwh).
 Siempre nos habíamos quejado de que los IPPs cobraban por estar apagadas.  Pero nadie parece querer enterarse que el Acuerdo de Madrid y la renegociación  de los contratos terminaron con eso, ahorrándole todavía hoy al país unos 10  millones de dólares mensuales.
 Ahora resulta que informa la misma CDEEE que AES-DPP vuelve a ganar dinero  por estar apagada. Esa condición no figura en los contratos firmados entre esa  empresa y la distribuidora Edeeste, como no figura en ninguno de los contratos  que fueron firmados bajo el amparo del Acuerdo de Madrid.
 Si AES apaga la generadora AES-DPP para suministrar la energía  contratada a través de su  planta hermana más eficiente (AES-Andrés) y cargarle  a su otra hermana la distribuidora Edeeste a precios más altos, que luego  compensa el gobierno con subsidios, no se trata de un problema  contractual.
 Esto se llama colusión tripartita. Esto se llama falta de supervisión,  fiscalización y de asumir responsabilidades por parte del organismo regulador  del sistema eléctrico. Es la Superintendencia de Electricidad (SIE), la cual  actuando (o no actuando) permite esa conducta que beneficia a AES y perjudica al  Estado y a los ciudadanos.
 Pero téngase en cuenta que el contrato que han suscrito AES-DPP y AES-Andrés  para que esta última le venda energía a la primera, no es un contrato ilegal.  Ese contrato esta permitido en la Ley General de Electricidad y su Reglamento.  Es el mismo tipo de contrato que posee Falconbridge con Itabo y el mismo tipo de  contrato que la propia CDEEE firmó en el 2006 con Itabo, para venderle energía a  esa empresa (y que así pudiera cumplir con sus obligaciones contractuales de  suministro de energía con las distribuidoras).
 Mientras la CDEEE firma contratos de venta de energía con generadores  privados, critica a los generadores que hacen lo mismo y critica a los mismos  generadores con los que firmó, acusándolos de ser intermediarios, cosa que la  CDE ha hecho (excepto en 2000-2004) y, con la nueva administración se quiere  continuar ocupando el liderazgo mundial en contratos IPPs haciéndolo a escala  gigantesca con las plantas a carbón que ha "licitado".
 Grupo AES
 AES comenzó sus inversiones en RD al comprar los derechos del contrato IPP  que tenian TURBINE ENERGY y DESTEC CAYMAN Islands. En 1995 crean Dominican Power  Partners -DPP- y construyen una planta generadora de dos motores a gasoil No.2  de 105 megavatios cada una.
 Durante la capitalización, en 1999, AES ganó la licitación por la EMPRESA DE  DISTRIBUCIÓN DEL ESTE (Edeeste) con el 30% de la clientela eléctrica del país.  En 2004 AES vende sus acciones en Edeeste a TCW, pero se queda  administrándola.
 En 2002 comienza operaciones la gigantesca generadora AES-Andres de 300  megavatios, la primera usando gas natural (LNG) como combustible en el país. La  año siguiente ya ha construido un gasoducto (también el primero en el país) para  venderle combustible a AES-DPP en Los Minas, lo cual se hace al mismo tiempo que  se invierte en esta planta para hacerla mas eficiente (pasando de "ciclo simple"  a "ciclo combinado").
 En una transacción global, AES compra todas las facilidades de generación en  América Latina de la empresa chilena GENER. Resultaba que GENER había ganado la  licitación de la capitalización por el 25% de la EMPRESA GENERADORA ITABO  (Egeitabo). Dos años después, compra el restante 25% privado de Egeitabo a El  Paso Energy.
 Actualmente, AES-Andrés negocia con las empresas Basic Energy y Grupo Vicini  que compraron la generadora de la Compañía Eléctrica de San Pedro de Macorís,  conocida como COGENTRIX, por su antiguo propietario (300 megavatios). Todo  parece indicar que esta generadora se transformará para usar gas natural que le  será vendido por AES-Andrés.
 Con estas inversiones agresivas en el mercado dominicano, AES se ha  convertido en un gigante integrado autosuficiente en el país, con su empresa  distribuidora que compra energía casi exclusivamente a sus propias plantas  generadoras, representando cerca del 30% de todo el negocio eléctrico en el  país.
 El autor es economista
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